Digámoslo así. Cada hombre se merece la mujer que tiene. En este caso, el marido es un holgazán. La mujer trajo al cabrón y en lugar de echar inmediatamente a la esposa y al amante de la casa, se limitó a decir unas frases de objeción que no tenían ningún peso entre esos dos. Una humillación aún mayor fue cuando, después de que su esposa había sido follada, cogieron y salpicaron de semen la cara del marido y éste volvió a dar una bofetada.
Si la hermana no va a Mahoma, Mahoma va a su hermana. Su medio hermano le echó el ojo a su hermana durante mucho tiempo, y ella se hacía la inocente. Sólo cuando se sacó la polla del pantalón, sus ojos se abrieron al hecho de que podía ser un buen amante. Sí, y su coño goteaba antes de entrar en razón. Y lo que pasó fue que se la llevó a la boca. Así que las hembras sólo resisten los primeros minutos, hasta que la parte delantera empieza a dictar su voluntad a la cabeza.
*¿Quién quiere tener sexo conmigo?*)